HOY, PASTA FRESCA.
¡Hola a todos!
En Gastronomía Activa ya hemos vuelto de las vacaciones de Navidad y la verdad es que estamos contentísimas porque nos han ido de maravilla. Espero que para vosotros también hayan sido geniales y que hayáis cocinado muchas cosas buenas.
Para inaugurar nuestra reentrée gastronómica os hemos preparado una receta de esas básicas que todos queremos aprender pero que tantas veces no llevamos a cabo por pereza o por pensar que será demasiado complicado. Así que hoy vamos a aprender a preparar pasta fresca, sin duda una de mis recetas favoritas y que te permiten dar rienda suelta a la imaginación, ya que se puede preparar de mil maneras distintas.
INGREDIENTES BÁSICOS
300 gr. Harina
Media
cucharadita de sal,
3 huevos grandes
2 cucharadas de aceite de oliva (opcional).
Con esta receta se obtienen unos 500 gr. de pasta fresca,
suficiente para 4 raciones normales. En la Toscana se añade aceite a
la masa, y así es más fácil de trabajarla, pero hay quien dice que es mejor no
hacerlo ya que entonces la pasta absorbe menos el sabor de las salsas.
Lo tradicional es poner la harina formando un volcán en
la mesa, con la sal. Se vierte en el centro los huevos batidos ligeramente con
el aceite, si lo usamos. Con un tenedor vamos mezclando poco a poco los
ingredientes y luego procedemos amasar
a mano, con movimientos rítmicos, durante 10 minutos, hasta
conseguir una masa elástica y flexible.
Durante el proceso
podremos añadir algo más de harina en la mesa, si vemos que lo necesita. Si
vemos que nos ha quedado demasiado dura, añadimos una pizca de agua fría.
Si usas aromatizantes o colorantes,
como puré de tomate, puedes añadirlo al principio, con el resto de ingredientes
líquidos.
Una vez lista se deja reposar la masa al menos 15
minutos, tapada con un cuenco de cristal, hasta un máximo de 3
horas, para evitar que se seque mucho.
Luego procedemos al estirado. Si
los hacemos a mano, habrá que disponer de una mesa amplia enharinada y un buen
rodillo, mejor de madera.
Corta la masa en porciones de 50-75 gr. y
procede a estirar con el rodillo, espolvoreando la superficie con un poco de
harina para facilitar el proceso. Sigue estirando hasta darle el grosor
deseado, normalmente menos de un milímetro, lo más fina posible.
Deja entonces reposar las
tiras de masa, cubiertas con harina y un trapo, durante media hora.
Si usas la máquina de pasta, pasa una pieza de
pasta de 50 gr. por el rodillo en la posición de mayor grosor. Vuelve a pasar
por el rodillo, reduciendo el grosor en cada paso, hasta llegar el grosor
deseado, normalmente el último o penúltimo grosor. El grosor se ajusta con una
rueda dentada en el lateral.
Para que salga bien
habrá que enharinar un poco los rodillos y la masa de vez en cuando.
Una vez lista y reposada, se puede cortar a mano, con
un cortapastas o cuchillo afilado, dando las formas deseadas, como láminas
grandes para lasaña o canelones, triángulos para maltagliatti, tiras para
parpadelle, farfalle, tallarines, etc.
Si usas la máquina de pasta,
tiene incorporado un accesorio cortador que permite hacer tagliatelle de diferentes
grosores.
Una vez cortados se dejan reposar para que se sequen un
poco y luego se cuecen unos minutos en agua hirviendo salada. Para secar la
pasta corta de puede poner sobre una mesa enharinada, o en una rejilla especial para secar
pasta corta.
Se escurre y se sirve con nuestra salsa favorita. ¡A disfrutar!
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